Las redes sociales cambiaron nuestra forma de vivir y, actividades cotidianas y que antes realizábamos en persona, hoy las haces vía Facebook, Twitter, YouTube, etc.
Estos son algunos ejemplos que deberiamos tomar en cuenta.
Felicitar a tus amigos por su cumpleaños
No podemos decir que, escribir feliz cumpleaños en el muro de una persona a la que consideramos cercana, sea una forma correcta de felicitarla en el aniversario de su nacimiento.
Facebook, hace que nuestras acciones sean cada vez más automáticas y menos personales y, en vez de un llamado o incluso una visita a casa si son muy amigos, basta con un par de palabras y algún Emoji, que será reconocido como el homenajeado con un Me Gusta.
Leer el periodico
Ya no es necesario tomar el diario de papel o incluso entrar en su sitio para estar bien informados, ya que en nuestras timeline de Facebook y Twitter se nos da toda la información necesaria.
Basta con suscribirse o seguir a los medios que interesan y, tener a tu vista lo que quieres saber, con actualizaciones en vivo. Puede parecer cómodo, pero en realidad te pierdes de otras cosas interesantes que podrías encontrar navegando en su sitio o tocando un periódico físico.
Invitar a una fiesta o evento usando invitaciones en papel o por teléfono
No hay dudas que, en vez de avisar a tus amigos de un cumpleaños, boda o evento importante en Facebook es más cómodo, ya que lo realizas desde tu computadora y desde allí también respondes dudas y recibes confirmaciones.
Si es un evento masivo puede tener sentido, pero si estás invitando a tus más cercanos es de mala educación y demasiado lejano. No es tan difícil tomar el teléfono y llamarlos o, si los ves en tu vida diaria, entregarles una invitación. Siempre puedes pedir que se te confirme vía correo electrónico.
Tratar de escuchar el chisme ajeno
Si algo tiene de bueno la falta de privacidad de Facebook, es que cualquier persona se puede enterar de cosas personales de otras, lo que es una verdadera fiesta para los chismosos, que ahora pueden mantener su anonimato.
Quiebres de pareja, nuevas relaciones, cambios de trabajo y casi cualquier cosa se comparte en Facebook. No sólo quedamos expuestos, sino que hemos perdido nuestro sentido para discernir qué es público y lo que debe mantenerse en privado.
Y cuando te encuentres con algun viejo conocido por la calle, ten por seguro que nada de lo que te cuente te sorprenderá. Sólo será simple cortesía escuchar lo que ya sabias.
¿Qué otras cosas has dejado de hacer por culpa de las redes sociales?
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